Usos y Costumbres.

 

Adviento y Navidad

El Adviento empieza el cuarto domingo antes de Nochebuena. Comprende las cuatro semanas anteriores a la Navidad, es el tiempo de la liturgia cristiana, en la que se conmemora el nacimiento de Jesucristo. Es tradicionalmente la época en la que los creyentes se preparan para el advenimiento de Cristo.

Particularmente durante el siglo XIX se consideraba esta fase de espera antes de Nochebuena como un método pedagógico idóneo para inculcar a los niños paciencia antes de recibir la recompensa.

Para que los niños puedan soportar mejor el tiempo de espera antes de Nochebuena, día del reparto de regalos, los padres suelen comprar un calendario de Navidad con 24 ventanitas (una para cada día de diciembre hasta Nochebuena) que abrevian la impaciencia de los niños hasta el añorado día de Navidad.

Estos calendarios de Adviento forman parte de las tradiciones navideñas suizas, al igual por otra parte como las coronas de Adviento con sus cuatro velas, una para cada domingo de Adviento.

La caza de Nicolás

La tradición del Klausjagen («ir a la caza de Nicolás») tiene lugar el 5 de diciembre en las regiones católicas de Suiza, sobre todo en Küssnacht del Rigi (Cantón de Schwyz).

Ya no se trata tanto de una simple caza, sino más bien de una representación viva y ruidosa con luces, cuernos y látigos. Hasta doscientos hombres llevan camisas blancas y barbas postizas y en la cabeza una gran mitra de obispo (ínfulas) de papel transparente colorado. Los disfrazados saltan por las calles saludando a la gente de confianza con una reverencia.

Nicolás por su parte aparece al final de esta procesión, escoltado por varios asistentes (Schmutzli) y portadores de antorchas. Éstos a su vez son acompañados de centenares de hombres (los denominados «cazadores de Nicolás») que llevan camisas blancas de labriegos y grandes cencerros que balancean en sus caderas.

San Nicolás

A San Nicolás (Nicolás de Mira, santo padrón de los niños) se le llama comúnmente Samichlaus en el área germano-parlante de Suiza. No aparece sólo en Nochebuena y en Navidad, también se le puede ver el día 6 de diciembre, día de San Nicolás. Ese día los niños salen corriendo a la puerta para recoger la bota de Nicolás que suele contener mandarinas, naranjas, nueces y galletas. Nicolás tiene una barba blanca y lleva un abrigo rojo con capucha.

En sus visitas a casas privadas, escuelas y guarderías, Nicolás suele ser secundado de Schmutzli, sobre todo en los cantones de la Suiza central. Es el asistente de Nicolás y más bien un personaje oscuro y tenebroso que lleva una palmeta (Rute) y un saco de yute con regalitos.

Para el día de San Nicolás, los niños aprenden un refrán de memoria para presentárselo a San Nicolás, que los premia dándoles golosina, cacahuetes, mandarinas, panes de especias, chocolate, etc. El asistente de Nicolás, Schmutzli, es tradicionalmente el encargado de castigar a los niños malos con una vara. Hoy en día, sin embargo, ya no se usa la palmeta como instrumento de castigo, desde luego; pero en tiempos no demasiado lejanos todavía se amenazaba con llevar a los niños al bosque encerrados en un saco si no obedecían a sus padres.

En el Tesino y en algunas zonas de la Suiza francófona existe una pareja femenina de San Nicolás: se llama Befana en la Suiza italiana (Tesino) y Chauche-Vieille en la Suiza de habla francesa. En el Tesino los niños cuelgan un calcetín en la víspera del 6 de enero (la palabra «Befana» es un derivado de epifanía). Si el calcetín contiene golosinas en la madrugada del 6, entonces los niños se portaron bien durante el último año; pero si en cambio contiene un pedazo de carbón, entonces se portaron mal.

Nochebuena

Nochebuena es en Suiza una fiesta familiar. Es el día de la reunión de todos los miembros de la familia y culmina con la cena festiva, los villancicos y el reparto de regalos. Un elemento irrenunciable de la fiesta es el árbol de Navidad que alumbra en todo su esplendor.

En Suiza es muy común el uso de velas verdaderas para el árbol de Navidad en lugar de usar luces eléctricas. Desafortunadamente esto implica que suele haber muchos incendios por descuido.

Muchas familias suizas van después de la cena a la misa del gallo (en regiones católicas) o al servicio divino de medianoche (en regiones protestantes). En las iglesias suele haber mucha gente que en el resto del año no suele asistir al culto.

Gracias a su plurilingüismo y su posición céntrica en Europa, Suiza dispone de una gran variedad de villancicos.

 

Costumbres hibernales

 
 
 

En los meses de invierno se celebran costumbres muy diferentes en las distintas regiones del país.

Epifanía

Epifanía se celebra el día 6 de enero y se conoce también como el Día de los Reyes Magos. Tradicionalmente es considerado el día en el que los tres reyes trajeron sus ofrendas al niño Jesús.

Una costumbre muy arraigada en muchas partes, también en relación con el día de los Reyes Magos, es el «canto estelar». Es celebrada en distintas fechas según la región (en algunas se celebra incluso antes de Navidad), pero su nombre viene de la estrella que los pregoneros llevan consigo cuando pasean por el pueblo. La estrella representa a la estrella de Navidad que guió los tres reyes a la casa del nazarí en la historia bíblica.

Algunos de los cantantes llevan los atuendos de los Reyes Magos. Hacen un recorrido por el pueblo o barrio, van de casa en casa o cantan en la plaza mayor de la localidad. En el valle de Lötschental en el Cantón del Valais, el festival tiene lugar el día 5 de enero. En este valle los disfrazados que representan a los reyes magos cabalgan en caballos mecedores y son acompañados de bufones.

Fiestas seculares

Hay otras fiestas sin orígenes religiosas que se celebran en torno al día 6 de enero. Por ejemplo en Schwyz donde se celebra la competición del restallido del látigo. La gente de la villa también asiste al desfile de los «japoneses», miembros de una asociación carnavalesca que llevan vestidos al estilo japonés, que a su vez son acompañados de tres jinetes y una pandilla que arroja caramelos a los niños.

Silvester-Kläuse

En las primeras semanas del Año Nuevo, muchos pueblos rurales del país todavía celebran los antiguos bailes de disfraces. En algunas partes las máscaras son muy furiosas y hasta diabólicas.

Las máscaras más conocidas del país son probablemente las que llevan puestos los Sylvester-Kläuse* de la zona de Urnäsch, un pueblo en el Cantón de Appenzell Rodas Exteriores. Estas máscaras –rodeadas por una alhaja de cabeza muy pomposa– suelen representar la faz de un hombre o de una mujer.

Al traje tradicional se une un cencerro enorme que se lleva colgado en el hombro. Los «Kläuse» o Nicolases celebran el Año Nuevo trece días después del día de Nochevieja en concordancia con el Calendario Juliano.

Este desfile tradicional se remonta a las últimas décadas del siglo XVI, cuando los naturales de Appenzell, al ser partidarios del protestantismo, no quisieron aceptar la reforma del calendario romano decretada en 1582 por el Papa Gregorio XIII. Y todavía hoy los Kläuse siguen desfilando cada año el 13 de enero en pequeños grupos de granja en granja para dar las felicitaciones de Año Nuevo a la gente.

El Pájaro Grifo en Basilea

La fiesta del Vogel Gryff tiene lugar en Kleinbasel (literalmente: «Basilea pequeña»), la parte en el margen derecho del río Rhin en Basilea, un barrio rival de la orilla izquierda que es la parte más acomodada de la ciudad. La fecha del festival alterna en un ciclo de tres años entre los días 13, 20 y 27 de enero.

Tres figuras heráldicas, el Vogel Gryff (grifo), el Wild Maa (hombre salvaje) y el Leu (león) bailan en las calles de la ciudad, acompañados de tres tambores, tres portadores de estandartes y cuatro bufones que se llaman Ueli (diminutivo del nombre Ulrico) que recaudan el dinero para los necesitados de Kleinbasel.

La fiesta lleva el nombre del «pájaro grifo» (Vogel Gryff), pero el primer disfrazado que sube al escenario es el «hombre salvaje» que flota río abajo en una balsa que se compone de dos pequeñas plataformas flotantes atadas juntas. Durante su viaje en el Rhin trata de enseñar siempre su espalda a la orilla izquierda como muestra del desdén que la gente de Kleinbasel tiene para con sus vecinos del otro lado del río.

Otras costumbres

Otra costumbre muy conocida en el valle de la Alta Engadina en el País de los Grisones es el llamado Schlitteda, un desfile de trineos impulsados por caballos que tiene lugar en distintos pueblos del valle en las semanas de enero.

A la cabeza de cada trineo se pone una mujer joven con traje tradicional, mientras que un hombre en frac y con una chistera pilotea el trineo desde atrás.

 

Carnaval

 
 

El carnaval en Suiza no es, por supuesto, comparable con el de Venecia o el de Rio de Janeiro, que son mucho más espectaculares y de notoriedad mundial. Pero los que creen que los suizos son muy conservadores cuando llega la hora de celebrar algún rito carnavalesco, se equivocan.

Durante la temporada carnavalesca, la gente disfruta y aprovecha los últimos días antes de que empiece la cuaresma para gozar de los placeres profanos. Las máscaras, los disfraces, partituras e instrumentos son los utensilios requeridos para que la gente que participe en la cabalgata, pueda tomar otra identidad, aunque sólo sea durante la exhibición carnavalesca en las calles.

El carnaval es la ocasión indicada del año para burlarse de los políticos (como ocurre sobre todo en Basilea) y para pasarlo bien, celebrando el final inminente del invierno. El carnaval se celebra en casi todo el país. Pero las fechas y ciertos ritos varían mucho de cantón en cantón.

Los orígenes del carnaval se remontan a determinadas festividades primaverales paganas de la época antigua que a su vez se transformaron en ritos religiosos durante la cristianización de Occidente. Durante la época moderna se convirtieron en costumbres folklóricas seglares.

En algunas regiones el ceremonial carnavalesco muestra rasgos inequívocos de un pasado pagano, sobre todo si se utilizan máscaras feroces para espantar los espíritus maléficos, como es el caso en algunos valles valesanos.

Las cabalgatas carnavalescas más célebres y más grandes de Suiza son las de Basilea y Lucerna.

Basilea

El carnaval de Basilea figura entre las costumbres populares más grandes y costosos del país. Los ceremoniales de esa cabalgada consisten en varios actos suntuosos como el así llamado Morgenstreich, que significa literalmente la «jugarreta matutina», porque los grupos que toman parte en el acto festivo inician su trayecto carnavalesco por las calles del centro a horas muy tempranas, despertando con sus pífanos, trompetas y tambores a los que todavía están en la cama durmiendo.

El documento más antiguo, que acredita la primera mención del "carnaval malvado", data del año 1376, cuando, a pocos días de miércoles de ceniza, el duque Leopoldo de Austria provocó un tumulto sanguíneo en la ciudad de Basilea. A partir de 1529, pocos años después de la exitosa divulgación de la Reforma luterana en tierras suizas, el Común decidió postergar el carnaval a la semana después de miércoles de ceniza.

En 1832 fue cuando los primeros cantores populares se manifiestaban, cuyos predecesores eran los pregoneros de panfletos y pasquinos del siglo XVI. Hasta el día de hoy se ha conservado esa tradición antigua de cantar coplas satíricas y burlescas, interpretadas por distintos pregoneros en diversos locales de la ciudad durante las festividades nocturnas. Esos juglares modernos son acompañados por sus camaradas de chanza que exponen sus caricaturas y dibujos fanfarrones –que suelen poner en solfa los políticos– para gran regocijo del público local.

En 1835 fue la primera vez que se celebró el «Morgenstreich» con la autorización del Ayuntamiento. En 1910 se fundó un comité imparcial que velaba por los intereses de los participantes activos de las asociaciones carnavalescas.

Desde 1911 se venden «plaquetas» para financiar los desfiles. El Estado no subvenciona el carnaval, tampoco se mete en lo que a la organización de los actos festivos se refiere, pero sí se reserva el derecho de intervenir con medidas policiales si el desfile no se lleva a cabo debidamente. Las bandas carnavalescas son autónomas, tienen que procurar ellas mismas los recursos para financiar la organización de sus cabalgatas.

Un rasgo muy peculiar del carnaval basilense es la típica música (Guggenmusig) de sus bandas sonoras, que tocan los timbales con tonos disonantes, y cuya primera aparición en los periódicos fecha del año 1923. Desde entonces los músicos «Guggen» tienen sus conciertos en el centro de la ciudad cada año.

Hasta ahora el carnaval de Basilea se ha celebrado casi todos los años, excepto los años de las dos Guerras Mundiales y en el año 1920, cuando se tuvo que postergar las festividades por un plazo de cuatro semanas debido a una devastadora epidemia de gripe.

Lucerna

Los orígenes del Carnaval de Lucerna, el así llamado «Fritschi-Fasnacht», remontan a la Edad Media. Con el transcurso de los siglos, esta tradición reunió elementos gremiales, militares y carnavalescos. A las cinco de la madrugada del Jueves Sucio es cuando empiezan las festividades. El estallído inicial y la llegada de la familia Fritschi son sus primeros actos. 

Cantón del Tesino

En algunas partes del Cantón del Tesino el «Carnavale» tenía una función social importante: la tradición requería que los ricos se ocupasen de los pobres, ofreciéndoles comida en abundancia y así satisfacerlos una última vez antes de la cuaresma. Y la tradición sigue viva, porque todavía hoy se celebran cenas públicas en algunas localidades de la región.

 

Pascua

 
 

Hace mucho tiempo que los huevos y los conejos de chocolate forman parte de las festividades en Pascua, tanto en Suiza como en otras partes. El origen de esta fiesta cristiana tiende a caer en el olvido ya que su comercialización va aumentando de año en año. La Semana Santa se presta, ante todo, para hacer el puente, disfrutando de los días libres para hacer vacaciones.

Huevos y conejos de chocolate

Ya semanas antes de Pascua se pueden ver los conejos de chocolate, los pasteles típicos de Pascua y los huevos pintados de color en las vitrinas de los negocios. En muchas partes durante el domingo de Pascua, los niños suizos celebran la típica búsqueda de los huevos de Pascua, que los padres han escondido en algún escondite del jardín. Esa típica busca de los huevos de Pascua es notorio en casi todo el país.

El lunes de Pascua se celebra en la ciudad de Zwinglio el denominado juego del «Zwanzgerle»: los niños desafían los adultos en un juego cuyo objetivo consiste en romper la cáscara de los huevos decorados con una moneda de veinte céntimos. Si el adulto falla el niño se queda con la moneda; si tiene éxito se puede quedar con la moneda y el huevo. Es muy difícil tirar la moneda para que se quede atrapada en la cáscara. En general los niños suelen quedarse con la moneda, sólo ocasionalmente los huevos cambian de propietario.

Fiestas religiosas

En Mendrisio (Tesino), por ejemplo, se celebran cada año procesiones en Semana Santa. En los desfiles de Jueves y Viernes Santo se representa la Historia de la Pasión de Jesucristo.

En la villa francófona de Romont Las Plañideras (Les Pleureuses) se visten de negro el día de Viernes Santo, sujetando durante el desfile en las calles en una mano el cojín púrpura con los instrumentos de tortura de Jesucristo y en la otra un pañuelo en memoria del que usaba la Santa Verónica para quitarle el sudor de la frente al mártir, cuando éste llevaba la cruz en el hombro por las calles de Jerusalén. Durante la procesión las plañideras son acompañadas por un grupo coral que reza sermones y entona los cánticos.

Fuentes pascuales

En Nyon, una villa de origen romana a orillas del Lago de Ginebra, se adornan las fuentes de las plazoletas con ornamentos festivos hechos de ramas, lazos decorativos y huevos coloridos. En algunos pueblos del Valais, una vieja tradición pascual consiste en la repartida de pan, queso y vino. Y en Lucerna se celebra la Semana Santa con grandes festivales y conciertos.

Juegos de Pascua

En la aldea bernesa de Rumendingen existe una tradición pascual muy particular. El domingo de Semana Santa sus lugareños toman parte en el juego del «Knütteln», un juego que se parece al de la bocha. Surgió del aburrimiento que produjo en los aldeanos el no poder practicar el Hórnussen (una especie de béisbol suizo), el tiro al blanco o el swing en Pascua por estar prohibido.

El partícipe más anciano lanza la primera vara. A continuación, los demás intentan arrojar su pieza lo más cerca posible a la primera. El jugador cuyo bastón esté más alejado del primero pierde. El que haya perdido más veces está obligado a pagar una ronda a todos. El juego era antes muy común en toda la región del Emmental (Cantón de Berna), pero en la mayor parte de los pueblos la tradición se ha perdido. Hoy por hoy sólo el pueblo de Rumendingen sigue fiel a esa tradición popular del «Knütteln».

 

Fiestas de primavera

 

En Zúrich, la primavera empieza oficialmente con el tradicional festival del Sechseläuten que se celebra normalmente el tercer domingo y lunes en el mes de abril.

La fiesta se inicia con un desfile de asociaciones gremiales y culmina en aquel parque, donde la gente reunida procede a la quema del Böögg, un muñeco de tres metros de altura que representa el invierno, colocado en una hoguera gigantesca. Este acto culminante simboliza la despedida definitiva de la temporada invernal.

Los orígenes del festival del Sechseläuten remontan al año 1818, cuando un gremio emprendió sus primeros desfiles nocturnos por la ciudad a las orillas del Limat, montando sus caballos, cabalgando por las calles y tocando música. Un año más tarde ya participaban varias corporaciones artesanales en la cabalgata. En 1820, el desfile primaveral dispuso de una organización más o menos coordinada, y veinte años más tarde participaron todos los gremios zuriquenses.

Sechseläuten significa "campanadas de las seis", son las campanadas de la catedral Grossmünster que señalaban a los artesanos el final de la jornada.

La fiesta comienza con un desfile de niños el tercer domingo de abril. Cerca de dos mil niños desfilan con trajes tradicionales e históricos de Suiza por las calles de Zúrich.

Al día siguiente les toca su turno a los gremios (Zünfte): en la cabalgata del lunes, los participantes gremiales marchan por las calles. Sin embargo, la mayor parte de los artífices ya no trabaja en los talleres de sus ancestros, sea porque la rama profesional ha desaparecido por causa de la industrialización, o bien porque han elegido otra actividad laboral más lucrativa. Los militantes son miembros de viejas familias gremiales de Zúrich. En los gremios no se admitan mujeres. Cada año los gremios zuriquenses invitan a representantes de otro cantón y algunos invitados especiales.

En el año 1862 se empezó con la tradición de quemar un muñeco blanco que representaba el invierno (véase arriba). Y desde entonces, cada año se procede a la quema del así llamado Böögg, cada año a las seis de la tarde, cuando los seis toques de las campanas repican en los barrios.

El Böögg, que mide 3 metros de altura y que pesa unos 80 kilos, se parece a un muñeco de nieve. Su cabeza contiene petardos. Cuando las llamas han alcanzado la cabeza del muñeco se encienden los detonantes y la cabeza explota. Este estallido señala el término definitivo del invierno y el comienzo de la primavera. Se dice que cuanto antes estalla la cabeza del Böögg, mejor será el verano.

 

Ferias pastorales

 

A finales de septiembre, en los últimos días del verano, los granjeros alpinos conducen sus vacas de los prados veraniegos en la montaña a las vaquerizas en zonas más llanas. El retorno de los rebaños a las cuadras de invierno es, en muchas regiones, un acontecimiento que se celebra con la debida solemnidad.

En Friburgo, por ejemplo, las vacas llevan un ramo de flores en los cuernos. Con frecuencia los desfiles comienzan después de la misa matinal y acaban con un banquete por la tarde. En algunas partes los desfiles alpinos coinciden con ferias campesinas.

Reparto del queso
Al final del verano en los Alpes, el queso fabricado por los vaqueros alpinos se reparte entre los dueños de las manadas vacunas en una ceremonia conocida en el dialecto bernés como Chästeilet.

El «reparto del queso» más conocido en Suiza es el que se celebra en el valle de Justi en lo alto del Lago de Thun en el cantón de Berna el viernes después del Día de la Oración (Bettag), el tercer domingo del mes de septiembre.

Al tradicional reparto no acuden sólo los dueños de las vacas con sus remolques decorados, sino también muchos visitantes que aprovechan la ocasión para comprar queso alpino.

Ferias de ganado
En otoño, tras el retorno de las vacas de los pastos alpinos, se celebran en las regiones alpinas numerosas fiestas y ferias de ganado.

Muchos campesinos y granjeros, pero también algunos visitantes llevan trajes tradicionales.

 

 

Ferias de otoño

 

La estación de otoño es la temporada de la cosecha. Es la época del año en la que se venden los productos en los mercados y se empieza a almacenar las mercancías para el invierno. El día de San Martín (en muchas partes es el 11 de noviembre) es el Día de Acción de Gracias. Tiempos atrás, para los labradores era el día de pagar las rentas que tenían que tributar en especie, costumbre que se celebraba con numerosos actos festivos.

Bénichon

Algunos pueblos en el Cantón de Friburgo celebran el otoño con una fiesta que se llama Bénichon, célebre sobre todo por sus banquetes pletóricos de platos y especialidades regionales. En Charmey, en la región de Gruyere, se hacen carreras de carros espectaculares, en las que no siempre gana el que corre más, sino el que tiene el coche más decorado y aparatoso.

Fiesta de los pastores alpinos en Stans

Las fiestas otoñales se celebran en muchas partes. En Stans, capital del semi-Cantón de Bajo Unterwald, las actividades que se celabraban el Día de Acción de Gracias se designan con el nombre «Älperchilbi» y es organizado por la hermandad de los pastores alpinos (Älpler), originariamente una sociedad pastoral que llevaba sus rebaños a los pastos alpinos en verano.

Las festividades empiezan con una misa en la iglesia y continúan con actos menores durante el resto del día. Después de la misa se toma un aperitivo en la plaza central de la villa. Algunos hombres y mujeres se disfrazan con pieles cubiertos de musgo y corren detrás de los niños ahuyentándolos con sus trajes feroces y arrojándoles caramelos. Más tarde comienza el desfile en el que se retoman asuntos políticos que preocupan a los villanos.

El festival de Stans siempre se festeja el tercer domingo de octubre. Muchas fiestas parecidas también se celebran en otros lugares en la Suiza interior.

Descabezamiento de la oca en Sursee

Una tradición única del Día de San Martín se celebra en la pequeña villa de Sursee en el Cantón de Lucerna. La fiesta se llama «Gansabhauet», lo que significa «descabezamiento de la oca». Una oca muerta se cuelga con una cuerda sobre un tablado. El objetivo de los que participan en la competición consiste en decapitar la oca.

Pero la tarea no es fácil porque a los competidores se les ponen dos trabas importantes: tienen que utilizar una espada desafilada y tienen los ojos vendados, además de llevar una gran máscara de sol y una roja túnica que también forma parte de la vestimenta acostumbrada. A cada candidato se le concede sólo un golpe. Para la decapitación del ganso se consuman hasta diez intentos. El que consigue decapitarlo se lo puede llevar consigo.

Mercado de la cebolla en Berna

Una de las ferias otoñales más populares en Suiza es el mercado de la cebolla (Zibelemärit) en Berna. Esta feria es una de las más grandes del país. Los puestos están repartidos por casi todas las plazas del casco antiguo de la capital, incluso en la plaza delante del Palacio Federal.

El Zibelemärit es una feria matutina (empieza entre las cuatro y las cinco de la madrugada) y se celebra siempre el cuarto lunes de noviembre. En el mercado se venden sobre todo cebollas decoradas, trenzados y coronas de cebolla y muchas cosas más. Pero la feria también tiene un aspecto alborozador: los feriantes suelen arrojarse confeti y los niños se divierten golpeando los visitantes con chirriantes martillos de plástico.

Fiestas de vendimia

 

En las regiones vinícolas se celebran las fiestas de la vendimia. En Neucastel, al término de la vendimia a finales de septiembre, se celebra la llamada Fête des vendanges.

Es la fiesta de la vendimia más grande de Suiza. La celebración dura tres días y culmina en una parada de carrozas pomposas, adornadas con numerosas flores.

En Vevey en el País de Vaud a las orillas del Lago Lemán, también se celebra una fiesta de vendimia. Ésta, sin embargo, sólo tiene lugar una vez cada 25 años. La gente que participa en sus procesiones lleva pancartas que representan bueyes y otros animales. En el desfile siempre hay alguien que se pone el hábito de Baco, el dios romano de la vendimia y del vino. Para participar en esta fiesta hay que esperar mucho tiempo todavía, ya que la última celebración data del año 1999.

Fiestas históricas

 

Sólo existen pocas costumbres festivas que tienen su origen en algún acontecimiento histórico particular. Una de ellas es «La Escalada» de Ginebra, una fiesta que rinde homenaje a la fracasada toma de la ciudad por las tropas católico-romanas del Duque de Saboya en la noche del 11 al 12 de diciembre del año 1602.

Durante el cerco de la ciudad, la Mère Royaume, una matrona de armas que era la esposa del tesorero de la república ginebrina, estaba cocinando un caldo de verdura cuando se enteró del asedio. Sin vacilar ni un segundo, la mujer valerosa arrojó la sopa hirviendo a un soldado enemigo, cuando éste estaba intentando escalar por encima de la muralla de la ciudad. La historia cuenta que, después de este suceso, los saboyanos se desanimaron tanto, que ya no consiguieron escalar las murallas y tuvieron que reconocer su derrota.

El día de la Escalada se celebra el fin de semana más próximo al 11/12 de diciembre, la noche de la victoria. Cada año por estas fechas, los vecinos de Ginebra evocan la heroica defensa de la ciudad llevando antorchas de brea en el gran desfile nocturno –para expresar la situación peligrosa de aquel entonces– y repartiendo potajes en los numerosos puestos en el casco antiguo de la ciudad.

El acto sobresaliente de la fiesta lo representa la partición tradicional de ollas de chocolate con el escudo de la ciudad por el más joven y el más anciano de cada familia. Del interior de la olla emanan decenas de figuritas de mazapán que se recogen y se saborean. En el momento que se parte la sopera se pronuncia una frase que dice: «Que los enemigos de la república sean vencidos de la misma manera». A continuación, los primeros ya empiezan a entonar las estrofas de una antigua balada que narra la gesta de la resistencia a las tropas saboyanas.

Batallas históricas

En Suiza también se conmemoran las batallas clave que han contribuido a consolidar la independencia de los miembros de la antigua Confederación Helvética. En varias de esas batallas los confederados se impusieron repetidas veces a los Habsburgo.

Representativos de los cantones de Schwyz y Zug celebran el aniversario de la célebre batalla de Morgarten del año 1315 el día 15 de noviembre con una procesión y un discurso público.

La batalla de Sempach, terciada cerca de la villa del mismo nombre en el Cantón de Lucerna en 1386, se conmemora a principios del mes de julio. La fiesta culmina en una procesión con tropas en vestimenta histórica que llevan las armas de la época. El desfile empieza en el centro de la villa y lleva al campo donde tuvo lugar la batalla.

El aniversario de la batalla de Näfels (1388) es un día festivo en el Cantón de Glaris. Se celebra el primer martes en el mes de abril. Figuras religiosas (tanto católicas como protestantes), grupos de música y tropas modernas marchan en una procesión al monumento de la batalla, haciendo paradas a lo largo del camino para celebrar distintas ceremonias menores. En una de esas ceremonias se pregonan solemnemente los nombres de los fallecidos en la batalla.

Viaje de las gachas de mijo

Desde 1976 se revive en un turno de diez años el «viaje de las gachas de mijo» de Zúrich a Estrasburgo. Este viaje conmemora el intento de Zúrich en el año 1576 de convencer a Estrasburgo de establecer una alianza con la ciudad de Zwinglio.

Para demostrar que desde Zúrich se podía llegar en un día a Estrasburgo, los zuriquenses metieron una gran olla de gachas calientes en un barco en Zúrich por la mañana temprana. Con este barco viajaron río abajo del Limmat y del Rhin hasta Estrasburgo donde llegaron por la noche con las gachas todavía suficientemente calientes para quemarse los labios. Por lo menos así ha llegado el relato legendario a nuestros días.

Hoy el viaje en barco dura más tiempo por los numerosos embalses y presas que se encuentran en el trayecto y que se han construido en los ríos en los últimos cuatrocientos años.

El viaje en barco es organizado por el gremio de los barqueros y otras organizaciones privadas de Zúrich.

Festival de Unspunnen

El festival «Unspunnen» recuerda un acto celebrado por primera vez en 1805 e inaugurado para promover las costumbres locales de los Alpes y para reconciliar los pueblos del Oberland Bernés con los gobernadores en la ciudad de Berna. Durante la República Helvética de 1798 a 1803 el Oberland Bernés había sido un cantón independiente, y el tener que volver a someterse a la ciudad de Berna después de la autonomía gozada llenó de disgusto a los de la Región Alta de Berna.

El nombre de la fiesta deriva del castillo Unspunnen cerca de Interlaken donde se celebraron todos los festivales hasta hoy.

El festival fue todo un éxito popular: los gobernadores berneses dieron la bienvenida a invitados aristocráticos de toda Europa, y la gente menuda acudió al lugar para ver los deportes tradicionales de la región como por ejemplo la lucha del calzón o el lanzamiento de una piedra, o para escuchar el garganteo a la tirolesa o la trompa alpina.

En 1808 se celebró un segundo festival, pero el tercero tuvo lugar todavía en el año 1905. A partir de la segunda mitad del siglo XX se celebró la fiesta de Unspunnen cada doce años, aunque en el aniversario de 2005 se tuvo que posponer la fiesta por las inundaciones catastróficas que devastaron muchas regiones en Suiza.

A lo largo de los años, la fiesta ha cambiado varias veces su carácter. Hoy en día los trajes tradicionales forman una parte esencial de las festividades. Pero los puntos sobresalientes del festival siguen siendo la lucha libre campesina y el lanzamiento de la célebre piedra de Unspunnen, un bloque de granito con un peso de 83,5 kilogramos.

Fiesta nacional

 

La Confederación Helvética fue fundada en el verano del año 1291, hace más de 700 años. La tradición de celebrar la fiesta nacional que recuerda ese día solemne del juramento de Rütli (Suiza interior), acto fundacional de Suiza, es bastante joven.

Se comenzó a conmemorar a partir del año 1891, con motivo del 600° aniversario de la Confederación; fijaron el 1 de agosto como fiesta a sabiendas de que la fecha exacta del juramento era (y sigue siendo) una incógnita. Todavía hoy se celebran los actos y los discursos públicos más importantes de la fiesta nacional en la pradera de Rütli, en lo alto del Lago de los Cuatro Cantones.

El día de la fiesta nacional suiza, el presidente del Consejo Federal (gobierno central suizo) pronuncia un discurso que se transmite por la televisión pública. Es el día de los discursos públicos de políticos y gobernadores en muchos cantones y municipios.

Fuegos artificiales y parrilladas

Muchos suizos aprovechan la fiesta para hacer una barbacoa en el jardín. Más tarde, en algunos sitios expuestos (por ejemplo en un alto o un monte) se prenden las hogueras y, al anochecer, se empieza con el espectáculo de los fuegos artificiales, planificados de antemano por pirotécnicos.

La costumbre de encender hogueras el día 24 de junio, el Día de San Juan, se conoce en casi toda Europa. Pero para los suizos las hogueras tenían un significado añadido. Durante siglos los suizos encendieron almenaras en los puntos más altos de los montes como señal de alarma en caso de emergencia o peligro.

Muchos municipios en Suiza retomaron esta vieja tradición para convertirla en un acontecimiento social en el día nacional. En muchas regiones se suelen además celebrar parrilladas públicas.

Otra costumbre de recién invención es el «brunch» en el campo, un desayuno que se toma al mediodía y que sustituye el almuerzo. La idea surgió en 1993 por iniciativa de la Asociación Suiza de Agricultores. A los convidados de las granjas se les sirven productos campesinos y se les enseña la vida labriega. En el año 2005, cerca de 430 granjas tomaron parte, sirviendo el brunch a unos 200.000 visitantes.