Gobierno y Parlamento.

 

 

El Consejo Federal es el poder ejecutivo del Estado suizo, está constituido por un colectivo de siete consejeros. Cada uno de ellos es el máximo dirigente de su ministerio (Departamento federal). Todas las decisiones y resoluciones las toman en mutuo consenso.

El Consejo Federal es por lo tanto un consejo de ministros en el que todos tienen el mismo peso. Sólo uno entre ellos resalta por su cargo adherido de Presidente Federal que es, sin embargo, meramente representativo y que se adjudica mediante el sistema de rotación.

En la ejecución de las tareas gubernamentales pendientes, el Consejo Federal es asistido y asesorado por la Cancillería Federal. El Canciller, que asiste a las reuniones semanales del gabinete como oficial con funciones deliberativas, es a veces designado coloquialmente como el «octavo consejero».

Suiza se caracteriza por un alto grado de proximidad de los políticos al ciudadano. Incluso los Consejeros federales no rehúsan el contacto con el pueblo electoral, al contrario, buscan la proximidad a sus conciudadanos. En sus apariciones públicas, los políticos suizos no se dejan acompañar de guardaespaldas para protegerse de posibles agresiones en el espacio público. De hecho, la gran mayoría de la clase política no se sirve de agentes de seguridad.

Esta franqueza de los políticos forma una parte esencial de la cultura política de este país. La verdad es que hay muchas probabilidades de que uno pueda descubrir algún político famoso sin guardia personal en zonas públicas como por ejemplo en las calles, en el tranvía o en el bus.

 

Elección del Gobierno suizo

Los dirigentes del Consejo Federal son elegidos por el Parlamento. Todos los miembros del Consejo Federal toman las decisiones en responsabilidad conjunta. El Consejo Federal es un colectivo colegial, sus ejecutivos tienen que hacer compromisos para llegar a un acuerdo firme. Sin embargo, algunos analistas políticos ven en el sistema colegial un método para amansar el disentimiento y traer adversarios potenciales al gobierno.

Al retirarse o morir un consejero federal, el Parlamento elige su sucesor o sucesora en el cargo. Teóricamente, cada suizo podría ser un candidato para este cargo, sin embargo, la costumbre parlamentaria favorece la elección de un político que ha sido presentado oficialmente como candidato por su partido. Los miembros del Gobierno suizo no son miembros del Parlamento federal.

Tras la elección al Consejo Federal, el elegido permanecerá en el cargo durante el resto del período legislativo vigente. Cada consejero se presenta automáticamente a la reelección en el Parlamento tras el renuevo electoral del mismo, a menos que no se quiera retirar del cargo. Normalmente, esta reelección suele ser una formalidad. La gran mayoría de los consejeros federales son reafirmados en el cargo y suelen desempeñarlo hasta que se decidan a dejarlo.

Se requiere cierta representatividad en el Consejo Federal, sobre todo en lo que se refiere a las distintas regiones lingüísticas del país. Se quiere evitar que predominen los de las zonas urbanas o del área de expresión alemana. Antes de que entrase en vigor la nueva Constitución federal el 1 de enero de 2000, no podía haber dos consejeros del mismo cantón en el Gobierno suizo. Ahora es posible, pero se siguen haciendo esfuerzos para mantener el equilibrio representativo entre las distintas regiones del país. En los últimos años también hubo una tendencia hacia una mejor representación femenina en el Consejo Federal.

 

La «fórmula mágica»

De 1959 a 2003 los siete asientos del Consejo Federal se distribuían entre los partidos políticos más potentes según la denominada «fórmula mágica». Esta fórmula adscribía dos escaños a los partidos más grandes en aquel entonces, a los radical-demócratas, los socialistas y los demócrata-cristianos, y un escaño a los demócrata-unionistas.

Tras las elecciones al Parlamento en el 2003, esta fórmula se quebró gracias a los votos ganados por los populares de la Unión Democrática del Centro (UDC). Para mantener igual el número de mandatarios en el Consejo Federal, el partido del Gobierno que menos votos consiguió, que fue el Partido Demócrata-Cristiano (PDC), tuvo que ceder un asiento a los demócrata-unionistas.

A continuación, el Parlamento suizo se vio obligado a revocar un consejero del PDC y votar un candidato de la UDC como sustituto. Fue la primera vez que se revocó un miembro del Gobierno que se presentó a la reelección; se trató en este caso de la joven consejera Ruth Metzler del PDC.

Esa no-elección de un candidato se volvió a producir con ocasión de la elección del Consejo Federal en diciembre de 2007. El Parlamento eligió en lugar del consejero en funciones una candidata inoficial más moderada de la UDC. Tras esta «revuelta palaciega» del Parlamento los dirigentes de la UDC decidieron no reconocer más a los consejeros federales del propio grupo parlamentario y declararon ser un partido de oposición al no considerarse representados convenientemente en el Gobierno.

Departamentos federales

A diferencia de muchos Estados europeos, que suelen tener entre veinte y treinta ministerios, el Estado federal suizo sólo dispone de siete ministerios o departamentos federales, cada cual presidido por un miembro del Gobierno colegial.

Cuerpos asociados de los departamentos son además las oficinas federales y otras instituciones de la Administración federal.

Departamentos federales de Suiza

·         Departamento Federal de Asuntos Exteriores

·         Departamento Federal de Justicia y Policía

·         Departamento Federal del Interior

·         Departamento Federal de Medio Ambiente, Transportes, Energía y Comunicación

·         Departamento Federal de Hacienda

·         Departamento Federal de Defensa, Protección Civil y Deportes

·         Departamento Federal de Economía

Poder legislativo: la Asamblea federal

La Asamblea Federal está integrada por las dos cámaras parlamentarias, el Consejo Nacional con 200 diputados elegidos y el Consejo de los Estados con 46 senadores. Ambas cámaras tienen los mismos derechos.

Los escaños del Consejo Nacional se dividen proporcionalmente, teniendo en cuenta el número de habitantes de cada cantón. La elección se realiza en base al sistema proporcional. Los cantones con una población elevada tienen más escaños que los cantones pequeños.

La segunda cámara, el Consejo de los Estados, tiene 46 escaños, dos para cada cantón. Esta segunda cámara (o senado) equivale en competencias a la primera y funciona según el principio federativo, en ella cada cantón tiene el mismo peso político. El período legislativo es igual para las dos cámaras y dura cuatro años.

Las competencias del Parlamento suizo: ambas cámaras tienen ante todo una función deliberativa, deciden sobre proyectos de ley y enmiendas constitucionales, y aseguran la supervisión de la Administración y Justicia federales.

Cada año en la sesión de otoño (en noviembre o diciembre), la Asamblea Federal Unida, integrada por ambas cámaras reunidas, se congrega para elegir por votación entre los siete ministros del Consejo Federal al Presidente de la Confederación, su suplente y al Canciller (jefe del Estado mayor del gobierno) para el año siguiente.

El cargo de jefe de Gobierno está limitado a un año, sus funciones son casi exclusivamente representativas. Cada cuatro años se procede a la elección de los Consejeros federales a los que –normalmente– se ratifican en sus cargos. La Asamblea Federal dispone del ejército nacional y ejerce el derecho de gracia.

El presidio de ambas cámaras legislativas es un cargo limitado a un año y es ocupado por un miembro de la cámara correspondiente. Al comienzo de cada año legislativo el cargo de presidente de la cámara le toca siempre a otra fracción parlamentaria. Esa alteración del titular del cargo según su afiliación a un partido, funciona conforme al principio de rotación. El Presidente del Consejo Nacional es el máximo cargo público al que los políticos suizos pueden aspirar; al titular se le suele designar como el «Máximo Suizo».

 

Distribución de los escaños en el Consejo Nacional (1959-2007)

Año

Unión Democrática del Centro

Partido Socialdemócrata

Partido Radical Democrático

Partido Cristiano Demócrata

Fuente: parliament.ch

 

 

 

 

2007

62

43

31

31

2003

55

52

36

28

1999

44

51

43

35

1995

29

51

45

34

1991

25

43

44

36

1987

25

42

51

42

1983

23

47

54

42

1979

23

51

51

44

1975

21

55

47

46

1971

21

46

49

44

1967

21

51

49

45

1963

22

53

51

48

1959

23

51

51

47

 

Una democracia basada en el consenso político

El trámite legislativo en Suiza está regulado por un sistema sofisticado, en el cual distintos actores políticos intervienen activamente. Decisiones políticas suelen tomarse con un amplio margen de consenso.

 

Cuando un consejero federal propone un nuevo proyecto de ley, comienza un largo proceso de debate en las cámaras del Parlamento suizo.

 

El anteproyecto de ley se presenta a ambas cámaras del Parlamento suizo por separado. La cámara que inicia el debate político sobre el proyecto es la que convoca una comisión que a su vez se compone de diputados de distintas fracciones con profundos conocimientos en la materia. Los diputados comisionados se encargan a continuación en llegar a un acuerdo marco.

 

Cuando se haya llegado a un primer acuerdo provisional en la comisión, se presenta el anteproyecto modificado a la cámara que inició el trámite legislativo; esta cámara se designa oficialmente como «primer consejo» al ser el primero de los dos Consejos de la Asamblea federal suiza que haya abierto el debate. Los diputados de la primera cámara pueden proponer otras modificaciones.

 

Después de haberse aprobado el anteproyecto de ley en esa cámara, se inicia el debate en la segunda cámara, o sea, en el «segundo consejo», donde los representantes pueden hacer sus enmiendas al proyecto. El trámite legislativo se concluye con la aprobación vigente de la ley en ambas cámaras.

 

Sin embargo, en el proceso legislativo no intervienen los representantes parlamentarios en exclusivo, también los lobbys o grupos de interesados (asociaciones empresariales, sindicatos, etc.) tienen algo que decir. Estos grupos de presión extraparlamentarios poseen el denominado «poder refrendario» mediante el cual pueden amenazar al parlamento con reunir las firmas necesarias para convocar un referéndum sobre la ley en cuestión. Para impedir que se realice la convocación, el Gobierno puede proponer un compromiso admisible por los oponentes de la ley.

 

Oposición parlamentaria

Debido a que los partidos más grandes del Parlamento están representados en el Consejo Federal, se podría llegar a pensar que la Asamblea federal acepte y promueve casi todas las proposiciones gubernamentales.

 

En la realidad política suiza, sin embargo, esto ocurre solamente ocasionalmente. Muchas propuestas del Consejo Federal son rechazadas por la Asamblea federal y el pueblo electoral.

 

Es así como funciona el sistema político suizo. La idea del consenso y del compromiso forma una parte esencial de la cultura política en Suiza. El rechazo de un proyecto de ley por parte del electorado suizo en una votación popular es un elemento intrínseco de la democracia helvética y no significa necesariamente que el sistema entre en crisis.

«Nosotros queremos que Suiza pertenezca a la comunidad mundial como Estado pequeño pero atractivo. No queremos que se imponga el complejo suizo de inferioridad, ni tampoco la suficiencia suiza. Nosotros anhelamos una Suiza que se atreva a mirarse en el espejo, una Suiza que aborde el cambio sin timidez, una Suiza que intente concretizar sus ideas para solucionar los problemas de hoy con los métodos de hoy.»

Max Frisch (1911-1991), uno de los autores contemporáneos más célebres de Suiza

 

Políticos suizos se atarean a tiempo parcial

El Parlamento suizo es un parlamento compuesto por políticos de milicia. Las cámaras se reúnen en sesión cuatro veces al año. Las sesiones duran, por lo general, cerca de tres semanas. Los diputados y senadores no son parlamentarios asalariados, aunque sí reciben cierto pago de compensación anual.

Muchos parlamentarios son en primer lugar abogados, empleados, empresarios, consejeros administrativos de empresas, de consorcios, de bancos, etc. Hay, pues, gente que se dedica principalmente a su vocación profesional en la economía privada y sólo en un segundo plano desempeñan su cargo público como mandatarios del pueblo.

Algunos políticos están tan metidos en sus funciones y cargos de la economía privada que llegan a asumir voz y voto en hasta veinte consejos administrativos de empresas distintas. Al asumir cargos importantes en grupos económicos, bancarios o de seguros, los parlamentarios no sólo representan los intereses de su electorado, sino también los de las asociaciones para las que están trabajando.

Este sincretismo de intereses económicos y políticos es una de las razones principales por las cuales algunos analistas políticos hablan de «democracia de asociaciones» o «democracia asociativa» al resaltar en sus críticas los atributos típicos del sistema y del funcionamiento de la democracia helvética.

Pero a pesar de las desventajas que supone tal sistema, hay muchos que lo alaban, mostrando muchas reservas sobre proyectos de profesionalización de los cargos parlamentarios.

Un argumento contundente a favor del actual sistema de milicia y que se resalta muy a menudo es que los miembros de las asambleas suizas viven más de cerca las preocupaciones de sus conciudadanos que en países donde rige el sistema profesional. Además, se agrega el hecho de que las discusiones parlamentarias se enriquecen con lo que los diputados puedan aportar de sus experiencias en la vida profesional.

Las mujeres en la política suiza

Suiza figura entre las naciones con la más larga tradición democrática en Europa. Pero a pesar de ello, es el último país europeo (a excepción de Luxemburgo) que concedió el derecho de voto a las mujeres. Sólo en febrero de 1971 el electorado masculino suizo aprobó la igualdad entre mujeres y hombres en el plano político.

Según la clasificación mundial de la Unión Interparlamentaria sobre la representación femenina en los parlamentos del mundo de noviembre de 2007, Suiza ocupa la 22ª posición. Otros países con una profunda tradición republicana como Estados Unidos, o con una tradición parlamentaria marcada como el Reino Unido están peor clasificados: Gran Bretaña ocupa la 51ª posición y Estados Unidos sólo el 65° rango. En la cabeza de la clasificación se encuentra Ruanda.

La mayoría de las diputadas de las dos cámaras federales son de izquierda. Un análisis sobre las actitudes electorales de los parlamentarios, que se hizo al comienzo del período legislativo 1999-2003, muestra que las mandatarias son por lo general más liberales y que adoptan una posición más izquierdista que sus socios masculinos del partido, incluso si pertenecen a un partido de derecha.

La ex ministra del Interior, Ruth Dreifuss, fue en 1999 la primera presidenta electa de la Confederación Suiza. Tras las elecciones federales de 2003, la Asamblea Federal Unida se reunió para elegir los miembros del gobierno. En esa elección la consejera federal Ruth Metzler del PDC no consiguió la reelección, cediendo su mandato a Christoph Blocher de la UDC. En el gobierno tan sólo quedó una mujer. El fracaso de la reelección provocó protestas callejeras de mujeres indignadas.

Pero en primavera del 2006, con la dimisión del consejero federal friburgués Joseph Deiss, del PDC, el partido presentó como candidata oficial a una mujer, la presidenta del PDC, Doris Leuthard, que fue elegida al Consejo Federal en junio del mismo año. Con la sustitución inesperada del consejero Christoph Blocher por la más liberal Eveline Widmer-Schlumpf en diciembre de 2007, la paridad entre géneros se volvió a establecer en el Gobierno: de siete consejeros tres son mujeres, y la Canciller federal sigue siendo una mujer.