Alcohol y Drogas

Tabaco

El consumo de tabaco está bastante difundido en Suiza. En el 2003, la Oficina Federal de Salud Pública estimó el número de fumadores entre 15 y 65 años de edad en un tercio de la población. Los datos de la Organización Mundial de la Salud para el año 2002 mostraron que los suizos fuman entre 6 y 8 cigarros al día. En Europa occidental sólo los irlandeses fuman la misma cantidad y sólo los neerlandeses y españoles fuman más.

No obstante, el consumo de tabaco tiende generalmente a disminuir. El consumo anual y per cápita de tabaco entre los suizos mayores de 16 años de edad fue decreciendo de 2.644 cigarros en 1996 a 2.036 en 2005.

Expertos de la salud atribuyen esta disminución a una conciencia más generalizada de los riesgos sanitarios y al alza de los precios.

Campañas antitabaco están en alza. Los Ferrocarriles Federales Suizos prohibieron fumar en los trenes en diciembre de 2005, y en marzo de 2006 el Tesino fue el primer cantón suizo en introducir una prohibición de fumar en lugares públicos.

El tema se debatió tan extensiblemente en 2006 que el término alemán «Rauchverbot», que significa «prohibición de fumar», fue declarado palabra del año en la Suiza germano-parlante. Fue elegida por un jurado de periodistas de entre más de 2.000 sugerencias presentadas por el público.

También la gente joven empieza a fumar menos. Una encuesta publicada en 2007 demuestra que un 15 por ciento de los quinceañeros fumaban al menos una vez por semana, cifra que descendió de 23 unidades en 2002.

Algo más que la mitad de los fumadores tiene la intención de dejar de fumar en el futuro.

Drogas blandas

 

Desde finales de los años sesenta el consumo de drogas blandas y duras es un tema controvertido en el espacio público. El cáñamo es, con diferencia, la droga más consumida del país. Suiza tiene una de las cuotas más altas de consumo de hachís del mundo, junto con los Estados Unidos y Gran Bretaña.

No obstante, un sondeo realizado con personas entre 11 y 15 años de edad por la Oficina Federal de Salud Pública en 2006 demuestra que el consumo disminuyó del máximo registrado en un sondeo previo del 2002.

Según indica la encuesta de 2006, un 34% de los chavales y un 27% de las muchachas quinceañeras probaron por lo menos una vez el cáñamo. Estas cifras son más bajas en comparación con los datos registrados en 2002 del 46% para los machos y del 37% para las hembras, fue la primera vez que disminuyeron en los últimos veinte años.

Investigadores atribuyen este descenso en parte a la conciencia más difundida de los peligros de largo alcance del tabaco, a las medidas más estrictas por parte de padres y escuelas y a los cierres de cierto número de tiendas que lo vendían.

Aproximadamente una quinta parte de la población de entre 15 y 64 años de edad han consumido por lo menos una vez en su vida el cáñamo, y alrededor de un cuarto que lo han probado continúa consumándolo.

Se estima que en Suiza hay aproximadamente medio millón de personas que consumen un total de cien toneladas de hachís y marihuana cada año.

La situación legal

El consumo de cáñamo es aceptado por gran parte de la población suiza. Muchos suizos ven de buen grado que se legalice el consumo de esa droga, aunque no su comercialización. En el 2003, el Gobierno tenía planes para la legalización del cáñamo, pero el tema suscitó tanto furor en el parlamento que fue desechado pronto.

Defensores de la despenalización propusieron entonces entablar una iniciativa popular con el lema «Para una política del cáñamo racional con una efectiva protección de la juventud». El comité de la iniciativa popular consiguió presentar ante las autoridades federales 105.000 firmas. La iniciativa legislativa se someterá dentro de algunos años a votación pública en todo el país.

Drogas duras

 

El consumo de drogas duras, particularmente heroína, fue uno de los temas más arduos de la prensa suiza en los años 1980. En Zúrich existió durante muchos años un lugar público para los drogadictos. Un parque en la proximidad de la estación central de tren (Platzspitz) era el lugar de encuentro para los drogadictos, cuya apariencia pública fue hasta cierto punto tolerado por los zuriquenses, hasta el cierre definitivo del parque en 1992.

A consecuencia de ello, los toxicómanos se juntaron en la estación Letten, ubicada a pocos metros del parque y cuyos andenes ya estaban cerrados al tráfico ferroviario. Allí pudieron permanecer tres años más, hasta 1995, cuando intervino la policía para efectuar el desalojo definitivo de los drogadictos.

En la actualidad, la política de drogas suiza está basada en cuatro pilares: la prevención, la terapia, la conjetura de daños y la aplicación de la legislación vigente. Las autoridades han implementado un programa de desintoxicación de los heroinómanos que consiste principalmente en controlados tratamientos con metadona, un estupefaciente sustituto.

Algunos críticos, sin embargo, censuran esta solución porque creen que de esa manera sólo se sustituye una droga por otra. Pero los defensores del programa de metadona dicen que ayudó a reducir las muertes de drogodependientes por sobredosis y a prevenir la difusión del SIDA a través de jeringuillas infectadas con el virus.

Con el surgimiento de la movida Tecno en los comienzos de los años noventa, las drogas sintéticas conquistaron el mercado clandestino de estupefacientes. Una de esas drogas que más fama adquirió fue el "Ecstasy". Tales drogas se suelen fabricar en laboratorios privados y pueden ser mixturas que contienen toda una serie de ingredientes desconocidos.

Muchos de los traficantes desconocen los ingredientes exactos de las píldoras que venden. En las fiestas Tecno la gente también consume estupefacientes como "Speed", LSD y cocaína. Expertos en drogas dicen que uno de los peligros más grandes para los juerguistas aficionados es la mezcla de diferentes tipos de estupefacientes.

Según informaciones de la Oficina Federal de Policía, en el 2005 hubo 211 muertes relacionadas al consumo de drogas, cifra que aumentó por 29 muertes con respecto al 2004. La cuota media anual para los cinco primeros años de la década es de 189 muertes. La tendencia es positiva ya que las cifras tienden a disminuir desde que se alcanzó el valor récord de 419 muertes en 1992.

Alcohol

 

La bebida alcohólica más popular en Suiza es el vino, que en 2005 representó exactamente la mitad de las bebidas compradas. La cerveza respondió de casi un tercio. Contrariamente a lo que mucha gente piensa, los suizos de habla alemana no son los que más cerveza consuman sino los de habla italiana.

La consunción de alcohol ha decrecido considerablemente desde los años 1980 y continúa declinando —aunque sólo ligeramente— en el siglo XXI. Pero el consumo está divulgado de manera desigual: un 11% de la población consuma la mitad, mientras el 23% bebe poco o nada. Los hombres beben más que las mujeres. Suiza es uno de los países con un consumo elevado de bebidas alcohólicas.

En 2006 se estimaba que en Suiza había casi 300.000 personas alcohólicas. Un estudio realizado en el 2001 mostró que el alcohol fue la causa principal para más del 10% de los decesos registrados entre los varones de entre 15 y 34 años. Además se sacó a la luz que en Suiza mueren a causa del alcohol cada año un total de 2.100 personas, de los cuales dos tercios son hombres. Otro estudio llevado a cabo por la Universidad de Neucastel conjeturó que los gastos sociales causados por el abuso de alcohol rozan los 6.700 millones de francos suizos anuales.

Como otros países europeos, Suiza está preocupada por el fenómeno de la juventud que bebe. No obstante, a pesar de que en 2006 una cuarta parte de los quinceañeros decía que bebían por lo menos una bebida alcohólica por semana, las cifras fueron considerablemente inferiores que en una encuesta llevada a cabo en 2002. Todavía es una cifra muy elevada si se considera que la venta de vino, cerveza y sidra a menores de 16 años de edad está prohibida legalmente y la venta de licores a menores de 18 años. Sin embargo, la mayoría abrumadora de los bebedores menores dicen que no tienen dificultades en comprar cerveza o incluso otras bebidas alcohólicas.

El consumo de «alcopops» —clasificados como bebidas alcohólicas— entre los adolescentes suizos varía considerablemente: las ventas dispararon entre 2000 y 2001 de 1,7 millones a 28 millones de botellas, y continuó a subir en 2002. Una tasa fornida fue impuesta a los alcopops en 2004 que redujo drásticamente las ventas.