Religion.

Tipos de religión en Suiza

La Constitución suiza incluye la libertad religiosa para sus habitantes, pero es competencia de los cantones, apoyar a una o varias de estas religiones, mediante subvenciones públicas.

 

En la actualidad el mapa religioso de Suiza se divide entre varios tipos de religión: catolicismo, protestantismo, Islam, otros.

En los últimos tiempos, la religión ha perdido muchos adeptos, y también ha bajado el número de fieles que asisten a las iglesias. Sin embargo, religiones secundarias como el Islam, han crecido en su número de fieles. La comunidad judía ha permanecido más o menos constante, con el 0,2%.

Cerca del 42% de la población suiza profesa la religión católica. El catolicismo en Suiza está bajo la guía del Papa. La Iglesia Católica suiza está conformada por seis diócesis que están sujetas directamente a Roma. Hay además dos abadías territoriales independientes de la diócesis. La presencia de sedes episcopales en territorio suizo se remonta al siglo IV.

Aproximadamente el 5% de la población suiza profesa el Islam, lo que la convierte en la tercera religión del país. Muchos de los musulmanes suizos provienen de los Balcanes y de Turquía.

El protestantismo cuenta con el 33% de la población a su favor. Al contrario que en el siglo XIX, donde Suiza era un país protestante.

Esta variación en las preferencias religiosas, se debería a las corrientes migratorias, principalmente de los países del sur de Europa, Italia, Portugal y España, las cuales han influido tanto a nivel cultural como religioso.

Variantes en los tipos de religión suiza:Tipos de religión en Suiza

El panorama religioso suizo ha cambiado sustancialmente durante los últimos 30 años, disminuyendo las dos religiones mayoritarias y aumentando los tipos de religión. También ha aumentado el número de personas que no profesan ninguna religión.

El aumento del número de parejas que profesan distinta religión, ha determinado una variante en la forma de transmisión de la fe que se da dentro de la familia, donde los padres que pertenecen a una misma creencia, ejercen una mayor influencia religiosa en sus hijos, a diferencia de los que profesan distintas creencias. Esto también incluye a los padres que no profesan ninguna religión.

La comunidad judía tiene su principal concentración en las ciudades, sobre todo en Ginebra y Zúrich, donde viven casi la mitad de los adeptos a esta fe. Esta comunidad se caracteriza por tener una formación superior.

En cambio, el número de fieles del Islam ha crecido en mayor porcentaje que las restantes religiones, pero sus miembros poseen el nivel de formación más bajo, lo cual se traduce al momento de acceder al mercado laboral, por lo que los musulmanes, son quienes experimentan mayores índices de desempleo dentro del territorio suizo.

El mapa religioso suizo

En los últimos años, mucha gente se ha retirado oficialmente de la Iglesia. En un sondeo efectuado en el año 2000, sólo el 16 por ciento de los encuestados calificaron la religión de "muy importante" para su vida. Para una mayoría, sin embargo, la familia, el trabajo, el deporte o la cultura eran más importantes.

Otra investigación publicada en el mismo año, llegó a la conclusión de que, en los últimos diez años, el número de fieles practicantes había descendido un 10 por ciento. Un 38,5% de los católicos ya no va a misa y un 50,7% de los protestantes ya no participa en el servicio divino. La demanda por bautizos, matrimonios y funerarios religiosos ha decaído notablemente en los últimos treinta años. Pero a pesar de esa modesta asistencia al culto, un 71 por ciento de las personas encuestadas han declarado creer en Dios.

El censo del año 2000 muestra que tanto la Iglesia católico-romana como la protestante-reformada perdió muchos creyentes, y eso así en términos abolutos (el número total de miembros) como relativos (miembros en relación con la población total).

En cambio, las corrientes religiosas secundarias de ambas confesiones han permanecido más o menos igual de importantes con respecto al censo de 1990. Las Iglesias libres protestantes ascendieron a un 2,2% de la población; y la pequeña comunidad de base, los católico-cristianos (o viejos cristianos que mantienen una cierta independencia de la jerarquía eclesiástica oficial), una ala del catolicismo que se ha escindido de Roma en 1870 tras la pronunciación del dogma de la infalibilidad del pontífice, a un 0,2 por ciento con respecto a la población total.

También la comunidad judía permaneció más o menos intacta, sin cambios notables en el número de sus seguidores.

En general se puede constatar que la religión ha dejado de ser un factor decisivo para la integración social. Desde el punto de vista histórico, sin embargo, tuvo un papel más que decisivo: para la génesis de la Suiza moderna, las confesiones han sido con creces uno de los elementos diacrónicos más determinantes.

División confesional de la población suiza

Oficina Federal de Estadística (2002)  
Católico-romanos 41,8%
Protestantes (de los cuales evangelistas libres y otros protestantes) 35,3% (2,2%)
Musulmanes 4,3%
Ortodoxo-cristianos 1,8%
Otros cristianos 0,4%
Hinduistas 0,4%
Budistas 0,3%
Judíos 0,2%
Otros 0,1%
Aconfesionales 11,1%
Sin responder 4,3%

El catolicismo en Suiza

La colegiata católica en San Gall (nueva ventana)

La colegiata católica en San Gall© St Gallen Tourist Information

En Suiza el catolicismo se asocia con una posición conservadora que tiene como objetivo fundamental la conservación de los valores tradicionales, incluyendo la tradicional defensa de la autonomía regional y la entrega a la comunidad local. Los Cantones católicos por excelencia son Uri (con un 90 por ciento de su población perteneciente a la comunidad católica), Schwyz y los semi-cantones del Bajo y del Alto Unterwald, es decir, los cantones primitivos que en 1291 prestaron el juramento a la Carta de Confederación, el antiguo pacto que cimentó los pilares de un Estado que hoy llamamos Suiza.

Esos tres cantones fundacionales en el interior del país forman parte del mito constituyente del país. Todavía hoy se ven como los últimos defensores de la patria y de sus valores principales como el federalismo, la autonomía o la neutralidad.

Las autoridades seculares en los cantones católicos tienen el derecho a intervenir en la nominación de obispos gracias a un acuerdo entre el Papa y los cantones participantes concluido en 1828.

Trás muchos años de dominación protestante, los católico-romanos consiguieron recuperar su supremacía numérica en Suiza a mediados de los años 1950 con la afluencia de inmigrantes procedentes de países católicos.

El protestantismo en Suiza

 

Dos importantes figuras históricas, que han marcado dos corrientes esenciales de la Reforma europea, cimentaron sus regímenes teocráticos en territorio suizo. Se trata de los teólogos Ulrico Zwinglio (1484-1531) y Juan Calvino (1509-1564), junto con Martín Lutero (1486-1546), los reformadores clave en el proceso de confesionalización del Occidente cristiano.

La ciudad de Zúrich fue, en un principio, el campo de acción de Zwinglio, el de Calvino fue Ginebra. Ambos tuvieron una amplia repercusión, sobre todo en la Europa germano-parlante, pero también en Francia, Holanda y Escocia.

En Suiza, las nuevas creencias reformadoras fueron mejor recibidas por la población de las urbes y algunas comarcas rurales bien acomodadas. Ginebra, donde Calvino erigió su "república teocrática", fue en aquel entonces el centro del ala radical de la Reforma (Calvinismo) y un refugio para todos los cristianos perseguidos por creer en esas nuevas doctrinas teológicas del Protestantismo. Los refugiados, que fueron acogidos en Ginebra, contribuyeron mucho al desarrollo económico e intelectual de esa ciudad en la efusión del Lago Léman.

La ética protestante tuvo gran influencia en la génesis de la Suiza moderna. El sistema de valores propugnado por los cismáticos (sobre todo por el Calvinismo y el Zwinglianismo) no sólo transformó la religiosidad y las prácticas devotas de los feligreses, también cambió la conducta diaria, la sociabilidad, el orden social y el pensamiento político de los creyentes.

En su lucha antipapista contra el negocio de bulas pontificias de la Iglesia Católica, los sacerdotes reformistas cotejaron a la visión católica de la salvación su propio plan para conseguir la bienaventuranza eterna. Ésta se podía alcanzar mediante una vida piadosa y, sobre todo, una vida activa, muy aplicada y laboriosa en beneficio de la utilidad pública. Éste último es, sin duda, el rasgo más característico y conocido de todas las corrientes del Protestantismo.

Después de la derrota de los Cantones católicos en la guerra civil de 1847/48 (guerra de la Liga separatista) –cuya índole fue más bien la de un conflicto armado que de una verdadera guerra, puesto que hubo un total de 98 víctimas y 493 heridos–, el liberalismo protestante triunfó con la elaboración de la Constitución Federal de 1848, que fue –junto con el Estatuto representativo del Piamonte (Italia)– la única constitución europea que sobrevivió las Revoluciones del '48.

Esa constitución hizo de la floja unión de cantones un Estado federal con más competencias para el gobierno central. La reforma constitucional implicó la abolición de las últimas restricciones del comercio interior y la instauración de la moneda unitaria en todo el país.

Otras creencias

 


La tercera religión más grande en Suiza es el Islam. El censo del año 2000 reveló que la comunidad islámica en Suiza asciende a un número de 300.000 musulmanes, casi dos veces más que en 1990. Muchos entre ellos son refugiados o asilados, pero hay también muchos con nacionalidad suiza, cuyo número ha subido de 7.700 en 1990 a 36.500 diez años más tarde.

El número de cristianos ortodoxos también ha crecido a consecuenca de la inmigración de personas procedentes de países de la Europa del este. Su número asciende a un total de 130.000 creyentes.

La comunidad hebrea no sufrió casi ningún cambio, integrándose hoy por hoy de cerca de 17.900 judíos.

Hay, además, una pequeña comunidad budista constituida de 21.000 fieles de distintas escuelas. Casi la mitad entre ellos son naturales. El templo budista más grande del país, el llamado Wat Srinagarindravararam, abrió sus puertas en el 2003 en el Cantón de Soleura. Estos budistas son seguidores de la escuela Theravada.

Hubo en la última década un incremento considerable en el número de gente atea, o mejor dicho, de gente que no pertenece a ninguna comunidad religiosa. En la actualidad constituye con un 11 por ciento de la población una fracción importante.