Las tres regiones.

 

 

La Planicie central

 

La Planicie se extiende entre el Lago Lemán en el suroeste y el Lago de Constanza en el noreste. La altitud promedia de esa región céntrica es de 580 metros. Gran parte de la industria y de la agricultura se concentra en la Planicie.

 

Ocupa alrededor del 30 por ciento de la superficie del país; en ella viven dos tercios de la población nacional. Es una región densamente poblada: en 1 km2 viven 450 personas. Hay pocas regiones en Europa con mayor densidad poblacional. 

 

Paisaje urbanizado

Si uno atraviesa la Planicie desde el Lago de Ginebra hasta el Lago de Constanza es casi imposible encontrarse con zonas deshabitadas. El paisaje revela en cualquier rincón la presencia del hombre. Al viajar de una ciudad a otra se pasa por un gran número de lugares y villas que se suceden a corta distancia, a veces sin que se puedan divisar bien las localidades entre sí. La Planicie es la zona más poblada y, por tanto, el cinturón urbano del país.

 

El terreno agrícola: verde e intensamente cultivado

El verde intenso del paisaje es lo que salta a la vista cuando se viaja por la Planicie. Quizás la segunda impresión que se tiene es que todo está muy bien colocado y alineado, casi como si hubiese sido diseñado con la regla. Los campos dominan el paisaje, y éste está dividido por una densa red de carreteras.

 

Todo está bien organizado y ordenado. El viajero jamás se encontrará con campos extensos sin fin. Al contrario: los campos cultivados se alternan con prados, de vez en cuando separados por pequeñas parcelas de bosque. La poca tierra de la que se puede sacar provecho, se cultiva de forma intensiva.

 

La explotación de la tierra

En la Planicie, los centros urbanos y las áreas industriales están en continua expansión. Debido a este crecimiento urbano, el espacio de las tierras de cultivo disminuye sin cesar.

 

Desde de los años ochenta, los terrenos en Suiza fueron devorados por el cemento a un ritmo de un metro cuadrado por segundo. Esta expansión ha afectado sobre todo a las aglomeraciones. Tres cuartos de los arroyos han sido canalizados y el 90 por ciento de los pantanos drenados.

 

Incluso fuera de las áreas urbanizadas hubo cambios drásticos. Las huertas desaparecieron y fueron sustituidas por cultivos que pueden ser cosechados mecánicamente. En el período de 1984 a 1995, por cada cuatro árboles tallados se plantó sólo uno nuevo. No obstante, la longitud total de los setos vivos ha aumentado y se hicieron esfuerzos para renaturar los cauces naturales de las aguas corrientes que en las décadas previas habían sido cubiertos y encauzados.

 

No se desperdicia ningún esfuerzo para satisfacer los intereses de distintos grupos para garantizar que el campo mantenga su diversidad y para evitar daños irreparables en los hábitats de la flora y la fauna.

 

El Jurá

 

El Jurá, una llana cordillera arqueada de piedra caliza, que se extiende desde el Lago de Ginebra hasta el Rhin, abarca un 12% de la superficie del país; la altitud promedio es de 700 metros. Es una zona caracterizada por altiplanos con pastos y poblados dispersos.

En la región del Jurá se han encontrado muchos fósiles y huellas de dinosaurios. La región dio su nombre al período «jurásico» del mesozoico. Los montes del Jurá se formaron hace 208 a 144 millones de años. Rocas del período jurásico se pueden encontrar en numerosos sitios en el mundo, pero se estudiaron por primera vez en el Jurá a finales del siglo XVIII

 

Los Alpes

 
 

Con una latitud de aproximadamente 200 kilómetros y una altitud media de 1.700 metros, los Alpes forman un obstáculo natural y actúan como barrera climática. La montaña más alta en Suiza es la Punta Dufour en el Cantón del Valais que alcanza una altitud de 4.634 metros sobre el nivel del mar.

Los Alpes dominan el clima y la vegetación y representan la principal línea divisoria de las aguas en el continente. Los Alpes representan uno de los componentes esenciales de la identidad colectiva de los suizos, pero en términos económicos es más importante la Planicie.

En los Alpes hay muchas regiones deshabitadas. Dos tercios del terreno están cubiertos de monte, hielo, rocas, bosque y pastos. En las zonas alpinas vive el 11 por ciento de la población. Los valles de los ríos más grandes —Ródano, Alto Rhin, Reuss y Tesino— dividen la cordillera alpina.

Turismo en los Alpes 

Casi la mitad de la superficie de Suiza supera los 1.200 metros de altitud. Gran parte de este vasto espacio alpino no puede ser explotado, ni siquiera de forma extensiva. Pero los Alpes sirven, ante todo, como espacio de ocio y recreo, particularmente para la gente de ciudad.

El fomento del turismo alpino tuvo como consecuencia la construcción masiva de infraestructuras: ferrocarriles de montaña, polideportivos, hoteles y chalets. Los montañeses están orgullosos del estándar tecnológico de sus teleféricos y ferrocarriles que baten todos los récords existentes en cuanto a altura, velocidad y subida.

Un 60% de los recursos nacionales del sector turístico se genera con el turismo alpino. Este progreso impulsó la creación de empleo en las zonas montañosas, pero también provocó serios problemas ecológicos, porque, a pesar de la densa red de comunicaciones ya existentes, los turistas prefieren ir en coche.