De la Prehistoria a la epoca romana

 

TIEMPOS PREHISTORICOS

Las huellas humanas más antiguas en Suiza tienen 150.000 años, y los primeros sílex encontrados en este país tienen una antigüedad de casi 100.000 años.

El sitio prehistórico más antiguo y más conocido se encuentra en Cotencher en el Cantón de Neucastel, donde los cazadores Neandertales dejaron herramientas cortantes de sílex en una cueva hace unos 60.000 años.

La agricultura llegó a Suiza desde el Mediterráneo en el sexto milenio antes de Cristo. Las pueblas agrícolas más antiguas en Suiza son las que se hallaron en Gächlingen en el Cantón de Escafusa, datan de 5300 a.C.

Los primeros metales de cobre fabricados por manos humanas en Suiza son del año 3800 a.C., los primeros de bronce –un metal más duro y sólido que es una aleación de cobre y estaño– son ya de 1.500 años más tarde. La Edad de Hierro empezó en Suiza en torno al año 800 a.C.

Aunque se encontraron minerales de cobre en algunos lugares, se tuvieron que importar estaños. Esto es un indicio que demuestra que el comercio se había desarrollado ya muy pronto en tierras helvéticas.

El denominado «Arquero Amesbury» o el «Rey de Stonehenge», sepultado en el sur de Bretaña cerca de 2.300 a.C. y redescubierto en 2002 vino probablemente de tierras suizas.

 

Algunos de los hallazgos arqueológicos suizos más excitantes son los que se han hecho en las zonas ribereñas de lagos. El sito más viejo data de mediados del cuarto milenio antes de Cristo. Estos asentamientos se han encontrado en varios sitios cercanos a lagos, incluyendo los lagos de Neucastel y Biena en la parte occidental del país, Zug y Zúrich en el centro, y Constanza en el noreste, así como también en otros países fronterizos.

Al hacer sus casas directamente al borde de los lagos, los pobladores podían conservar las valiosas tierras de cultivo delhinterland. No obstante, el nivel de las aguas en los lagos solía ser muy voluble, lo que los obligó con frecuencia a abandonar sus pueblas.

La construcción lacustre en las riberas se repetiría todavía por un espacio de más de 3.000 años.

LOS CELTAS Y LAS OTRAS TRIBUS PRERROMANAS

El sito ribereño más conocido es el céltico de La Tène a orillas del Lago de Neucastel cuyo nombre sirvió para la posterior denominación de una cultura de la tardía Edad de Hierro, que empieza en torno al año 450 a.C.

Los helvecios, cuyo nombre latino se conserva en la voz «Helvetia», eran una tribu céltica de la que se hace mención por primera vez en el siglo II a.C. No se sabe si vivían ya en fechas anteriores en la Planicie o si se habían desplazado a esa zona central del país más tarde.

Los lepontinos poblaron las tierras del actual Cantón del Tesino y las regiones orientales del Valais, así como algunas comarcas de la Italia norteña. Las inscripciones en algunos de sus artefactos están escritas en caracteres de origen etrusco.

El sudeste de Suiza, la antigua Recia, fue antaño habitado por los réticos que se relacionan a veces con los etruscos. Es por eso quizá que, a veces, al referirse al romanche, uno de los idiomas que hoy se hablan en los Grisones, se hable de la lengua retorrománica.

LOS ROMANOS

La primera colonización romana de territorios que hoy componen Suiza se remontan al siglo III a.C., cuando el Tesino actual fue conquistado por los romanos tras de la derrota de Aníbal. Unos 75 años más tarde, los romanos se apoderaron del valle del Rhin y de la región ginebrina que eran zonas importantes para proteger las vías de comunicación a la Península ibérica.

En el año 58 a.C., el propio Julio César prevenía los helvecios de abandonar la Planicie central. Después de su muerte, las conquistas en esa área se pudieron llevar adelante, logrando bajo el régimen del Emperador Augusto la consolidación de la dominación romana. Recia fue subyugada por los romanos en el año 15 a.C.

Más tarde los romanos fracasaron en el intento de penetrar en zonas más al norte, los territorios de la actual Alemania meridional. Por consiguiente, el Rhin vino a formar la frontera natural entre el Imperio Romano y las tribus germánicas hasta comienzos del siglo V, si exceptuamos los efímeros éxitos colonizadores de los romanos en la zona.

Hay que tener en cuenta que los romanos hablaban generalmente del pueblo galo al referirse al pueblo celta.

 

LA VIDA DURANTE LA DOMINACION ROMANA

En la época de la ocupación romana, Suiza no formaba una unidad político-administrativa. Su territorio fue dividido en cinco provincias diferentes.

Una vez establecidas y pacificadas las nuevas provincias helvéticas, el régimen romano no fue opresivo. Las elites locales conseguían generalmente mantener su estatus y prestigio social, pero la población se romanizó igual. Pero aunque el latín era la lengua oficial, el idioma vulgar hablado diariamente por la gran mayoría de la población fue un dialecto céltico.

Los romanos organizaban sus ciudades como centros administrativos, en cuyas escuelas se enseñaba el latín que era la lengua de instrucción. Gracias a la expansión paulatina de este sistema de educación, el latín vulgar logró penetrar y arraigarse también en áreas rurales donde fue reemplazando poquito a poco las lenguas autóctonas.

Durante la dominación romana, el territorio que hoy ocupa Suiza fue una importante ruta de tránsito. Los romanos hacían grandes esfuerzos para mejorar y mantener varios de los pasos alpinos. 

En las grandes vías de tránsito se establecieron diversos centros urbanos: los más importantes eran Aventicum (Avenches) situado en un cruce vial importante, Augusta Raurica (Augst, cercano a Basilea) a orillas del Rhin, y Colonia Julia Equestris (Nyon) que se encuentra enfrente del Lago Lemán. Octodurum (Martigny) se convirtió más tarde en una capital administrativa y una plaza intermedia entre el paso de San Bernardo y Genava (Ginebra) al otro cabo del trayecto, que fue además un emplazamiento en el que se transbordaban las mercancías de las vías acuáticas a las terrestres.

LA RETIRADA DE LOS ROMANOS

En el siglo III, la tribu germánica de los alamanes empezó a invadir la zona norteña de la Planicie, haciendo caso omiso de las grandes fortificaciones romanas que se encontraban al borde del Rhin.

A partir del siglo IV, el gran movimiento migratorio de los pueblos germánicos de la Europa del Norte y del Este emprendió la marcha pujante hacia Oeste, empujado a su vez por los hunos que venían del Asia central.

A comienzos del siglo V, cuando ya la caída de la Ciudad Eterna era inminente, las legiones romanas tuvieron que retirarse. Abandonaron Helvecia y se desplegaron al lado sur de los Alpes para defender Roma.